En el día a día nos encontramos con muchas personas que se olvidan del tónico con frecuencia o incluso que lo han suprimido de su rutina diaria. Esto es lo opuesto a la consideración que para los profesionales de la estética tienen las lociones.
El tónico lejos de ser un paso innecesario o prescindible, cumple diversas funciones desconocidas por el gran público, sin las cuales el cuidado de la piel se queda “cojo”. Las mujeres asiáticas –que no escatiman gastos ni esfuerzos para mantener sus pieles impecables- lo saben bien y son unas adictas a las lociones. Quizás nuestro error esté en que aquí lo identificamos con un paso accesorio dentro de la rutina de higiene.
Una de las funciones más importantes es el restablecimiento del pH después de la limpieza, ya que los jabones, el agua y leches limpiadoras lo elevan por encima del 4.7 y 5.7, que es su punto de equilibrio natural ¿Por qué es tan importante mantener nuestra piel en estos niveles de acidez?
La epidermis está cubierta por una emulsión de agua y grasa que ella misma produce, y que la ayuda a realizar su función de barrera entre el medio ambiente y el interior de nuestro cuerpo. Este manto ácido protector es necesario para:
- Evitar la deshidratación, reteniendo el agua en nuestra piel.
- Renovar nuestra piel. Un cambio en el pH altera el funcionamiento de las enzimas que impulsan el proceso de descamación. Estas moléculas desprenden las células muertas de la superficie y estimulan el ritmo de regeneración celular. Sin no
- Dotar de flexibilidad e integridad a la capa córnea, más resistente a golpes y cortes y siendo capaz de repararse a sí misma cuando esté dañada (aumenta la capacidad de regeneración).
- Evitar las infecciones bacterianas, fúngicas, etc. Nuestra piel es un delicado ecosistema en el que viven millones de microorganismos (flora cutánea) que conviven en armonía con nosotros y nos ayudan a defender nuestro organismo. Lo alcalino se encarga de arrasar con todo (bacterias/enzimas naturales buenas y necesarias de la piel, sebo, etc.) agrediendo ese ecosistema de forma que la piel queda indefensa y es propensa a que la colonicen microorganismos patógenos. En este caso, la piel puede quedar sensibilizada de por vida. De hecho, esta flora es tan importante que incluso existen tónicos que contienen probióticos para protegerla y reforzarla.
Esta alteración en el pH es aún más acusada en el caso de la piel masculina, ya que por cuestiones hormonales los hombres tienen una mayor producción de grasa, lo que se traduce en una mayor acidez en el manto hidrolipídico (se encuentra en el pH 4,7). En consecuencia los chicos -y en general todas las personas con piel grasa y tendencia acnéica-, tienen un mayor incentivo para incluir de este paso en sus cuidados diarios.
Además, los tónicos cumplen otra serie de funciones:
- Preparan la piel para una mejor asimilación de los productos de tratamiento.
- Ayuda en la tonificación de los tejidos, reafirma y retrasa el proceso de distensión de la piel y la aparición de la flacidez.
- Las fórmulas para piel desvitalizada, también despiertan la piel, la refrescan y vigorizan.
- Si están diseñados para pieles grasas, también cierran los poros dilatados y regulan la secreción de grasa, ayudando a revelar el cutis. Precaución especial para estas pieles: evitar los tónicos agresivos para no irritar y producir un efecto rebote en la producción de sebo. La limpieza de estas pieles debe ser profunda pero suave.
- Los indicados para pieles sensibles o reactivas, las calman y alivian la congestión.
Las marcas cosméticas profesionales que apuestan fuerte por la innovación en sus productos, han desarrollado lociones que vehiculizan gran cantidad de principios activos (vitaminas, sales minerales…). Éstos se convierten en una pieza clave del protocolo de tratamiento de la piel por méritos propios: aportan hidratación, nutriendo la piel y tratando sus puntos débiles.
Precisamente por eso recomendamos que nuestro tónico sea de la misma marca que los productos de limpieza y los de tratamiento posterior (sérum, crema, emulsión…) ya que de esta forma compartirán un concepto de formulación y unos principios activos diseñados para actuar en sinergia y optimizar el resultado.
Por todo ello, nuestro ritual perfecto del cuidado de la piel debería incluir el tónico dos veces al día. Si no tienes costumbre y piensas que no vas a ser capaz, hazlo al me
nos por la noche: La contaminación es muy agresiva para la piel y el tónico calma y equilibra la piel después de la limpieza. Una piel que no respira es sinónimo de envejecimiento.
¿Cómo aplicarlo correctamente?
Humedece un disco de algodón y deslízalo con suavidad desde el centro de la frente hacia los laterales, de la nariz hacia las mejillas y de la barbilla hacia las orejas. De ahí pasamos al cuello, que se trabaja con movimientos ascendentes de la base del cuello al reborde de la mandíbula, y el escote, partiendo del centro (esternón) hacia los hombros.
Antes de continuar con el resto de productos, ayuda la absorción el tónico usando tus manos como secante: haz presión con las palmas sobre la piel por un par de segundos y listo!
Y un consejo extra: Un toque de tónico también es perfecto si has pasado largo rato al aire libre o al salir del gimnasio. Es un secreto de belleza infalible para tener una piel luminosa.